Una noticia inesperada.
No me apetecía nada, llevaba muchos días dándole vueltas a lo mismo y aún no había tomado una decisión . ¿Debería volver a llamarles?
Estaba tumbada en la cama sin poder dormir, pensando qué decirles. Al día siguiente, en el instituto, fui corriendo a donde mis amigas con lágrimas cayéndome por las mejillas.
Ellas me dijeron:
-¿Qué te pasa?¿Por qué lloras?
Yo me quedé callada sin poder decirles nada. Ellas insistieron. Entonces les dije:
-Mis padres se han separado. Mi madre se ha cogido un piso en Tenerife y mi padre en Cádiz, y me tendré que ir con uno de ellos.
-No te puedes ir ahora, te necesitamos y encima estás con él.
-¿Cómo que con él?
-Es que… viene por detrás.
-Vosotras no le digáis nada ya hablaré yo con él a solas.
Entonces me fui.
Después, cuando se terminaron las clases, quedé con él y se lo conté. Se quedó alucinado y me dijo:
-Me voy contigo, no voy a dejar que te vayas.
-Si quieres venir tendrás que quedarte mucho tiempo. ¿Estás seguro?
-Sí.
Al final, me cogí un piso en Tenerife con mi novio, justo al lado del piso de mi madre.